El develo del ego

El velo instalado en los ojos tapando la mirada hacia lo esencial,
hacia lo que realmente merece ser mirado,
pero la atención se dirige hacia "Tener la razón",
huir de la equivocación, competir hasta tener lo mejor,
sentirme en un nivel superior,
tener el control y cambiar la situación, pensar que solo yo tengo la solución,
pero si algo sale mal, no tengo responsabilidad,
pero si sale bien ante la mirada de los que quiero complacer,
por supuesto que alguna alabanza he de tener.
Salgo de la ilusión, dispuesto a ponerme como observador, a contemplar la emoción.
¿Me frustra porque no obtuve aprobación? ¿No tomaron en cuenta mi opinión?
Puede ser "Sí" o "No". Yo no lo sé, lo que sí sé es que el alma le habló al autor1 y le dijo:
"No te alegres con el elogio y no te angusties con el reproche,
no puedes ser más que el enano ni menos que el gigante".
Gracias Gibrán por compartir en un cuento, lo que yo considero, el develo del ego.


"Como dos aves doradas en el mismo árbol, el ego y yo, íntimos amigos, viven en el mismo cuerpo. El primero come frutos dulces y amargos del árbol de la vida, mientras el segundo observa con indiferencia"-Upanishad Mundaka.


1Gibrán Khalil autor de "Mi alma me habló", una lectura altamente recomendada.

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