¿Por qué empezar por el por qué?

¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Por qué nos levantamos todos los días a trabajar, estudiar o cualquiera que sea la actividad que utilizamos como medio para vivir? Lo sé, la respuesta parece obvia, para ganar dinero con el que cubriremos desde nuestras necesidades más básicas hasta cualquier aspiración material que deseemos alcanzar, pero ¿y si realmente aún no descubrimos lo que nos inspira a levantarnos todos los días, no porque tenemos que hacerlo sino porque queremos hacerlo? El dinero es el resultado, pero no es el fin per se. Hay personas que, aparentemente, tienen todo resuelto a nivel material; sin embargo, y desafortunadamente, algunos han decidido terminar con su vida. Mi intención no es satanizar el dinero, por supuesto que no. Como producto del consenso humano, es lo que nos posibilita satisfacer necesidades, inseguridades y lograr anhelos materiales; en algunos casos, recuperar la salud. Sin embargo, creo firmemente que, como seres humanos, albergamos un deseo intrínseco por hacer las cosas que nos gusta hacer, aquello en lo que podemos pasar horas sumergidos y que nos da un sentido de propósito en el mundo. Definitivamente, hay algo en nuestro interior que nos provoca esa sensación; solo hace falta remembrar, en algún momento lo hemos experimentado, es solo que consciente o inconscientemente hemos decidido callarlo. Esto puede ser por diferentes motivos: temor, comodidad, inseguridad... Sin embargo, siempre estará esa llama interna latente albergando la esperanza de volver a ser mirada.

Otro aspecto clave que da sentido a la existencia son ellos, sí, los otros. Es ya muy difundido y respaldado por múltiples estudios científicos que somos seres sociales, que las relaciones sanas nos protegen del estrés crónico y, algunos más osados, sostienen que la felicidad proviene de hacer feliz a los demás. Hay algunos para los que no hacía falta desarrollar un estudio para notarlo; su capacidad de observación aguda e interiorizada les permitía percibirlo al afirmar que "la forma más segura de ser feliz es buscar la felicidad para los demás", lo dijo Martin Luther King Jr. Pero, ¿por qué en nuestro propósito de vida es importante volver nuestra mirada hacia los demás y, aún más, hacia su felicidad? Simplemente, porque sin los "otros" no hay "yo". Hacer algo para o por los demás también le da propósito a la vida. Aunque no reparemos a menudo, hay una sensación de satisfacción cuando ayudamos a alguien, ya sea un ser querido o un desconocido; el segundo tiene más mérito porque hemos traspasado la barrera del temor, el prejuicio o cualquier emoción, dependiendo de la situación. Por estos motivos, considero que es importante volver la mirada hacia esa llama interna latente y recordar que para cualquier cosa que hagamos hay un receptor, por el cual vale la pena cambiar nuestro diálogo interno preguntándonos: ¿Cómo puedo aportar en lugar de qué puedo ganar? Esta pregunta se vuelve fácil de responder cuando tengo claro mi ¿por qué?.

Estas líneas, además de ser una búsqueda interna, también han sido inspiradas por diferentes fuentes que cito a continuación:
"Start with Why" / "Empieza con el Por qué" - Simon Sinek.
"Ley del Dharma" - Las 7 leyes espitiruales del éxito de Deepak Chopra.
"Psicology Today" - Mark Travers Ph.D.- https://www.psychologytoday.com/es/blog/la-felicidad-proviene-de-hacer-feliz-los-demas#:~:text=Los%20intentos%20de%20hacer%20felices%20a%20los%20dem%C3%A1s,personas%20obtienen%20felicidad%20al%20ayudar%20a%20los%20dem%C3%A1s.

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